Asia, Indonesia

Borneo: orangutanes y selva

Borneo es una isla del Sudéste Asiático cuya peculiaridad es que la comparten tres países: Malasia, Indonesia y Brunéi. Sus junglas salvajes, su fauna tropical y sus anchos ríos hacen de esta isla un auténtico paraíso. Es uno de los mejores lugares del mundo para avistar orangutanes y otros primates y te vamos a contar cómo lo hicimos nosotros, pero primero, te vamos a dar una serie de consejos generales para que tu visita resulte perfecta.

¿Cómo llegar?

Nosotros volamos desde Madrid a Jakarta y luego desde Jakarta hasta Pangkalan Bun, que es el aeropuerto indonesio de Borneo. Hay vuelos directos Jakarta- Pangkalan Bun cada mañana y salen bien de precio. Si quieres ir por Malasia o Brunéi, debes mirar otras opciones.

¿Mejor época para ir?

La mejor época es de marzo a octubre, en la estación más seca. Aunque ten en cuenta que es probable que te llueva algún día. Nosotros fuimos en mayo y nos llovió un día un ratito. Son lluvias tropicales, así que llueve fuerte pero al rato para.

¿Es necesario vacunarse? ¿Es zona de malaria?

No es necesario vacunarse de nada en especial, a no ser que procedas de un país endémico de fiebre amarilla, pero no es el caso de España. En cuanto a la malaria, debes saber que Borneo es una zona donde la malaria está muy presente, por lo tanto, te recomendamos que consultes a tu médico al respecto. Hay opiniones muy diversas en cuanto a si tomarse la medicación de forma preventiva o si simplemente llevarla por si acaso. Es una pastilla muy fuerte que puede provocar efectos secundarios y realmente, no evita que te contagies, sino que te suaviza la enfermedad. Hay que llevarla sí o sí por si acaso, ya que si te contagias es el tratamiento que te recetarán y puede salvarte la vida tenerla ya, pero en cuanto a tomarla o no de forma preventiva, mejor haz caso a tu médico. Lo que te recomendamos segurísimo es un buen antimosquitos y rociártelo todo el tiempo, incluso sobre la ropa, ya que esta enfermedad se transmite por picadura de mosquito y en la selva hay muchos.

¿Seguro de viaje?

Para nosotros, es muy importante viajar tranquilos y por eso te recomendamos dos aseguradoras top que para nosotros son las mejores del mercado ahora mismo, Iati y Mondo. Por ser lector de nuestro blog, te dejamos un descuento en cada aseguradora para que viajes tranquilo. El descuento se aplica automáticamente al reservar desde estos enlaces:

Para ver orangutanes… ¿Por libre o con guía?

No te recomendamos hacerlo por libre. De hecho, es probable que no puedas adentrarte en la selva solo. Nosotros contratamos un tour con Tanjung Puting Trip y fue todo un éxito. El tour consistía en navegar en un klotok (barco de madera) privado para nosotros solos, con capitán, guía, tripulación y cocinera durante 4 días para remontar el río y adentrarnos en la selva para ver orangutanes y otros animales. Había baño y dormíamos en cubierta al raso con un colchón y una mosquitera. Es así con la mayoría de empresas que se dedican a organizar tours para ver orangutanes, pero con esta empresa nos resultaba más económico y nos fiábamos porque nos lo recomendaron varios viajeros. Si necesitas ayuda a la hora de reservar, escríbenos y te echamos una mano.

¿Y hay restricciones de equipaje en el barco?

Ninguna, así que no te preocupes, puedes llevar lo que quieras e incluso embarcar con maleta grande.

¿Cómo son las comidas?

En nuestro caso, la cocinera tenía buena mano y nos preparaba cada día platos diferentes y un menú muy variado a base de carne, pescado y verduras locales. Teníamos desayuno, snak de mediodía, comida, merienda y cena, así que hambre no vas a pasar. Si tienes alguna alergia o intolerancia, avisa en el momento de la contratación del tour.

¿Cómo fue nuestro viaje?

Te detallamos aquí nuestro diario de viaje:

DIA 1

Llegamos muy temprano a Pangkalan Bun y nuestro guía Moncos nos estaba esperando para llevarnos a la zona donde debíamos abordar nuestro klotok, un pequeño barco de madera que sería nuestro hogar durante los próximos tres días. Llegamos en poco más de 20 minutos de coche a los muelles de Kalimantan, a las puertas del parque nacional Tanjung Puting.

Moncos nos presenta al resto de la tripulación, el capitán, un marinero, la cocinera y su nieta de 10 años, que se la ha traído de acompañante para que pueda ver animales y vivir esta experiencia tan maravillosa.

También nos explica en qué consistirá el tour: navegaremos durante 3 días remontando el río y haciendo paradas para adentrarnos a pie por la selva y poder ver (con suerte) orangutanes salvajes. También visitaremos algunos centros de recuperación de orangutanes y otros primates.

Una vez puesto a punto el barco, comenzamos a navegar para adentrarnos en la selva. Dejamos atrás el gran río para meternos por estrechos canales cubiertos de vegetación por ambos lados, sobre todo, por juncos y palmeras de momento.

Vamos sentados en proa, disfrutando cómodamente del viaje con un batido de fruta del dragón que nos ha preparado la cocinera y admirando el paisaje tropical. Poco a poco, van haciendo su aparición aves y monos narigudos, que se ven en los arboles a pocos metros del barco. ¡Es alucinante!

Tras un par de horas de navegación, parada para comer y avistamiento de varios monos narigudos, hacemos una parada para visitar un centro de recuperación de orangutanes. Viven en total libertad dentro del parque natural, y eso nos encanta, lo único que dependen de sus cuidadores para alimentarse. Por lo demás, son libres de ir adonde quieran en la selva.

Algunos acuden al reclamo de sus cuidadores y tenemos el primer contacto con ellos en ese momento. Son unos animales fantásticos, imponentes y preciosos. Trepan de árbol en árbol con una facilidad pasmosa y doblan las ramas con tanta fuerza que al soltarlas parecen látigos.

Es una vista preciosa, pero en realidad, planificada, pues sabíamos que algún orangután respondería al reclamo de comida de los guardas. Así que le decimos a Moncos que en estos días nos gustaría salirnos un poco de lo establecido para intentar ver a algún orangután 100% salvaje, y él acepta el reto.

Moncos es un guía estupendo. Se crió en la selva de Borneo, mide poco más de 1,50 y se mimetiza totalmente con el entorno. Respeta la naturaleza, los animales y sabe muchísimo de supervivencia. Como curiosidad, va todo el rato descalzo. No solo por el barco, también por la selva.

Tras este primer contacto, volvemos al barco, que ya oscurece, y cenamos a la luz de las velas unos deliciosos platos tradicionales que nos ha preparado la cocinera. Un guiso de carne, arroz, tortitas de maíz, frutas… ¡Todo exquisito! Después, nos acostamos en un colchón en cubierta al raso con una mosquitera, que es lo único que nos separa de la estrellas. Nos dormimos con el suave sonido de la selva.

DÍA 2

Nos despertamos justo para ver un precioso amanecer en medio de la selva. Nos arreglamos y la cocinera nos trae el desayuno, a base de dulces, frutas y leche. Desayunamos mientras la tripulación pone a punto el barco y zarpamos para seguir remontando el río.

A medida que nos adentramos más y más en la selva, el canal se estrecha y las palmeras y juncos dan paso a árboles enormes y mucha más vegetación. Además, son mucho más abundantes los avistamientos de primates como gibones y monos narigudos y de aves. También de lagartos e iguanas. ¿Veremos algún cocodrilo también?

Tras un par de horas de navegación relajada observando el paisaje desde cubierta, hacemos la primera parada. De nuevo, visitaremos un centro de recuperación de orangutanes. Y de nuevo, algunos acuden al reclamo. Esta vez, vemos a madres con sus crías y un mayor número de primates.

La verdad es que a pesar de saber que los vas a ver, impresiona mucho. De nuevo, igual que en el centro anterior, están en libertad y pueden ir y venir cuando quieran y moverse a su antojo.

Tras pasar una hora contemplándolos pasar de rama en rama, volvemos al barco para iniciar la navegación de nuevo. Tras una hora, hacemos una parada para comer y descansar un poco. Y justo al terminar de comer… ¡Pam! Rodri me avisa de que acaba de emerger un cocodrilo al lado del barco. ¡Alucinante! Si estirabas la mano (no lo hagas nunca) lo podrías tocar. Estaba tan cerca… Y se pasó un buen rato así, simplemente observándonos. Y nosotros maravillados observándolo a él. Fue impresionante, la verdad… Nunca lo olvidaremos.

Cuando el cocodrilo se va, nosotros también reiniciamos la navegación. Vamos hasta un lugar donde haremos una caminata nocturna por la selva (acompañados de nuestro guía) para ver, con suerte, tarántulas y otras arañas, serpientes, reptiles y algún que otro bichejo.

No os voy a mentir, la verdad es que al principio nos daba un poco de respeto. Salimos con linternas acompañados de Moncos y otro señor y nos adentramos una hora por la selva. Entre Moncos y ese otro señor nos iban señalando los animales que encontrábamos. Finalmente, vimos tarántulas, otras arañas venenosas, serpientes, lagartos, sanguijuelas, hormigas rojas, pájaros, murciélagos… ¡Un montón de fauna nocturna! Daba respeto, pero fue alucinante y nos encantó.

Volvimos al barco para cenar ya más relajados y dormir de nuevo escuchando el sonido de la selva. ¿Sería el día siguiente cuando por fin veríamos orangutanes totalmente salvajes?

DÍA 3

Iniciamos la navegación mientras desayunamos rico, sano y local admirando el paisaje de la selva y viendo un montón de monos narigudos saltimbanquear de rama en rama. El día parece diferente, parece como si…fuese a pasar algo importante.

Hacemos una parada y Moncos nos explica que vamos a hacer un trekking por la selva en una zona remota, que no será fácil pero que merecerá la pena. Así que nos preparamos bien, nos vestimos adecuadamente y nos bañamos en repelente de insectos, nuestro fiel compañero de viaje.

Con los pantalones metidos por los calcetines y ropa protectora para la selva, iniciamos los tres la marcha. Moncos se mueve rapidísimo y con mucha agilidad entre la maleza. A nosotros nos cuesta un poco más. Él va descalzo. Saltamos troncos, cortamos lianas, corremos para evitar hormigas rojas, prestamos atención a los nidos de tarántulas… Y entonces, Moncos nos hace una señal para que miremos hacia arriba…

Allí está, por fin, un orangután totalmente salvaje. Majestuoso, imponente y precioso. Como curiosidad, los orangutanes salvajes tienen el pelaje más oscuro que los que viven en los centros de recuperación, pues se pasan el 100 % de su tiempo en las copas de los árboles, lo cual hace que les de el sol más y estén más morenitos.

Nos quedamos embobados un buen rato mirándolo comer unas hojas, hacer su nido, pasar de rama en rama… Sí, los que viven en los centros están en libertad, pero han perdido parte de su instinto. Este tiene toda la esencia y es impresionante.

Después de pasar un buen rato observándolo desde el suelo, desandamos nuestros pasos a buen ritmo, pues se acerca una tormenta. Se nota en la luz, en el sonido de las hojas mecidas por el viento, en los truenos lejanos… Aceleramos el paso, pero finalmente, la tormenta nos pilla en medio de la selva y vamos empapados. Pero felices, cantando en fila el “Awimbawe” con Moncos como voz principal.

Al llegar al barco, nos cambiamos y navegamos hasta el atardecer. Un atardecer precioso, por cierto, lleno de tonos rosas, morados y naranjas que reflejan en el río y en las hojas. Pero la selva aún nos tenía preparada otra sorpresa a la hora de la cena…

Paramos para cenar y dormir en una orilla del río. Cabe destacar que durante todos estos días, al oscurecer solo tenemos las luces del barco. Si se apagan, la oscuridad es casi total, solo vemos lo que la luz de la luna nos permite. Moncos nos avisa para que subamos a un balcón que hay en cubierta y entonces… Vemos miles y miles de luciérnagas danzando a nuestro alrededor, como si de luces de navidad se tratase. No puedo explicar con palabras lo mágico de ese momento. Parecía que estábamos en un mundo de fantasía. Luces titilando a nuestro alrededor, totalmente envueltos en su brillo. Fue impresionante.

Así, cenamos a la luz de la luna y de las miles de luciérnagas que nos rodeaban en un barco en medio de la selva de Borneo y nos dormimos escuchando el sonido de la naturaleza… Fue un día que jamás olvidaremos.

DÍA 4

Nos despertamos a tiempo para el amanecer y salimos de este trance precioso de casi cuatro días. Tocaba dejar Borneo atrás… Navegamos durante 3 horas aproximadamente de vuelta a los muelles, donde nos despedimos de la tripulación con mucha pena. Fueron unos días de ensueño, llenos de aventuras y retos.

Moncos nos acompañó al aeropuerto y ahí cogimos nuestro vuelo a Bali, nuestro siguiente destino.

Borneo siempre tendrá un lugar especial en nuestros recuerdos. Orangutanes, tarántulas, cocodrilos y luciérnagas. Selva y río. Sin duda, un paraíso.

¿Te animas a visitarlo? Si tienes alguna duda, escríbenos y te ayudaremos encantados.

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